Cáncer en el Deportivo Pereira
31 agosto, 2011 4 comentarios
Por: Juan Francisco Molina Moncada (pacho_150792@hotmail.com)
Simón González López. (simongonzalezlopez@gmail.com)
La historia del Deportivo Pereira se destaca más por ser una truculenta tradición de vejámenes administrativos que por los logros deportivos que haya alcanzado en los últimos años; el equipo ha estado en manos de particulares que de una u otra manera, sólo se lucran a costa del detrimento de una institución empobrecida económica y deportivamente y que hoy sobrevive gracias a la voluntad de la familia López Bedoya que aparecen, a partir de mes de Septiembre de 2010, como los actuales dueños, situación que aún no está clara para nadie.
Un sin número de personalidades de la ciudad y conocedores de la situación financiera y futbolística del equipo Matecaña, aluden a esta problemática de la siguiente manera: Henry Carvajal, periodista deportivo de la emisora Ecos 1360 afirma que “siempre ha habido un interés personal, no es un interés colectivo…”; el señor Carlos Grisales, ex periodista y aficionado del Pereira agrega “…los empresarios han pensado en llenar sus arcas, sin pensar en la ciudad”. “…la gente que viene acá en la parte administrativa viene pensando cómo robarse la plata de la institución”, Jorge Loaiza, entrenador de fútbol de la Selección Risaralda asegura “…al Deportivo Pereira no llegan dirigentes a servirle al equipo sino a lucrarse del Pereira”, manifiesta Hugo Ocampo Villegas, periodista deportivo. “los directivos pretenden vender a uno o dos jugadores para salvar sus arcas”, concluye Alonso Villegas, un ex periodista deportivo.
Son varias las formas que evidencia y denuncian la situación real del equipo, pero al final, todos llegan a un mismo concepto: Deportivo Pereira, históricamente ha sido víctima de personas que han obtenido su posta a su merced del perjuicio de patrimonio del equipo.
Una de las tantas maneras a partir de las cuales se ha conseguido su detrimento, es a través de la venta de jugadores destacados deportivamente en el equipo, lo que ha permitido la llegada a su administración de personajes relacionados con actividades ilícitas, generando polémica en torno a la certeza de quién es el dueño los dueños de este equipo.
Personas llegan, venden jugadores… y la plata no aparece
Varios son los jugadores que se han destacado y que por ello han sido vendidos por la administración del Pereira a los grandes equipos del fútbol Colombiano y del extranjero, sin que quede el verdadero beneficio y crédito a la institución Matecaña. Un episodio destacable en este aspecto se dio con la venta de jugadores como Rafael Castillo, Felipe Benalcázar y Felipe Chará bajo la presidencia administrativa del señor Ramón Ríos (1999-2004), quien fue acusado por lavado de activos con la transacción comercial de éstos futbolistas.
Con relación a este tema de lavado de activos, si bien es cierto que el señor Henry Carvajal afirma que se ha lavado dinero proveniente de actividades ilegales en el Pereira, y Carlos Alfredo Crosthwaite, ex concejal de la ciudad califican al equipo pereirano como un “mecanismo de negocio, usufructo de rentas y lavado de activos”, pero esto aún no ha sido posible comprobarlo.
La apropiación y las negociaciones de los futbolistas, así como el ingreso de dineros irregulares al equipo, han generado a su vez que éste sea relacionado con otras actividades extra futbolísticas, destacándose en esto, la figura del reconocido paramilitar Carlos Mario Jiménez, alias “Macaco” en concordancia con lo publicado por la revista Semana en su página web el 16 de Agosto del 2006. Por otro lado el 27 de Noviembre del 2010, la revista también relaciona al onceno pereirano con el hermano de alias “Macaco”, Roberto Jiménez, ex candidato a la alcaldía del municipio de Dosquebradas, en el marco de unas negociaciones no muy claras dentro de una operación de lavado de activos, lo cual no fue esclarecido dentro de la investigación de la Fiscalía en el momento de sus participaciones.
Por otro lado, los empresarios de los jugadores también se han visto beneficiados de sus ventas; al respecto Jorge Loaiza afirma que “se han lucrado personas ajenas al club de este tipo de jugadores, van a las oficinas del equipo y se apoderan de los derechos deportivos”.
Un caso que ilustra lo anterior es el del jugador Fernando Cárdenas, vendido al Once Caldas en el 2010, año en que el Pereira, de acuerdo a sus registros contables del primer trimestre, proyectaba ingresos de 500 millones de pesos por concepto de la transacción de jugadores un año donde no se evidenció beneficios o logro alguno de estas transacciones .
Afirma Hugo Ocampo que existía un convenio el cual otorgaba el 50 por ciento del monto de venta al Pereira y lo restante al apoderado de Cárdenas. No obstante este acuerdo desapareció, pues conforme a lo que explica Óscar Alzate, abogado y periodista deportivo del semanario “Nuevo Estadio”, que todo un mercader del fútbol llegó a las oficinas del equipo, “habló duro” y se llevó el 50 por ciento de la venta que correspondía a la institución Matecaña.
La transacción del jugador matecaña Carlos Darwin Quintero, vendido al Santos de México en la suma de 4.5 millones de dólares en el 2009, genera incertidumbre en torno a quiénes son los verdaderos dueños del equipo, pues presuntamente ésta ha sido objeto de negociación entre las personas que en los últimos tiempos administran el club con el fin de comprar su ficha. No se ha aclarado si tales sumas se han cancelado en su totalidad, y por ende, no se conoce con certeza en manos de quién debería estar la entidad matecaña.
Este arreglo por la venta del jugador Quintero por parte de Luis Fernando Osorio Acevedo -ya fallecido, y líder por entonces de la frustrada S.A. (Sociedad Anónima)- pretendió administrar al equipo entre el 2008 y el 2010, con el fin de comprar la ficha del Deportivo Pereira a la familia López Bedoya. Estos regresaron al mando del equipo pereirano argumentando que Osorio no canceló el dinero que correspondía a su primera inversión.
Augusto Ramírez, ex presidente del Pereira, dice que “la plata entró al Deportivo Pereira para comprar las acciones que tenía la familia López -Álvaro y Francisco- en Corpereira, aunque parece que la plata que se pagó no era toda. No se alcanzó a pagar todo lo que eran las acciones de la familia López y ellos se reservaron una parte”. Henry Carvajal asegura que Osorio si le pagó a los López lo equivalente a su primera inversión, por lo tanto, según el periodista, éstos se apropiaron del equipo a través de “un acto de intimidación”.
Para poder comprender esta disputa de a quién o a quiénes les corresponde el mando del Pereira, cabe explicar cómo un equipo administrado por el municipio, terminó en manos de ambiciosos particulares, que entre ellos se distribuyen la administración de la institución.
Venta de la ficha a particulares
Hugo Ocampo destaca que el equipo no nació como club, sino como proyecto de iniciativa deportiva del municipio, el cual administró la ficha del entonces Deportivo Pereira Fútbol Club, del que se puede destacar, según Carlos Ariel Jiménez, ex dirigente deportivo, el sentido de ciudad que poseían sus dirigentes.
Es en el año de 1979 cuando se empieza a manejar la denominada “ficha delegada”, momento en el que el municipio decide otorgar el manejo del Deportivo Pereira a particulares, pero el verdadero problema empieza, según Ocampo, cuando diez años después en 1982 estos particulares ceden el equipo al narcotraficante Octavio Piedrahíta. Cabe resaltar, de acuerdo a lo afirmado por Carvajal, que “por el Pereira pasaron todos los carteles de la mafia colombiana”, en una época marcada por la relación narcotráfico-fútbol.
Para el año de 1986, una iniciativa calificada como cívica por uno de los ex presidentes del Matecaña, Augusto Ramírez adquirió desde entonces la ficha del equipo; ésta era la creación de “Corpereira”, una corporación que desde sus inicios “no tuvo mucho de progreso porque no se tenía plata”, de acuerdo a lo afirmado por Ramírez que: “Corpereira necesitaba de mucho dinero para poder subsistir y por eso se trajo dinero de otras partes, no se sabía de dónde, pero mantenían al equipo vivo, que era lo que la mayoría de la afición pedía”.
Desde entonces Corpereira fue manejado bajo el modelo de la ficha delegada hasta cuando, lo explicado por Ocampo, “ya no se manejaba la administración delegada sino que ya se negociaban los paquetes de acciones. Los López los compraron y ellos quedaron con la mayoría de las acciones en Corpereira”, distribuyendo éstas en tres empresas familiares, de acuerdo a lo explicado por el abogado Álzate.
En su primera etapa, Francisco López Bedoya -presidente actual del Deportivo Pereira- afirma que “el equipo le quedó debiendo a nuestras empresas $ 4.500 millones”, aún así, dos años y medio después de su llegada, decidieron dar un paso al costado, con el fin de ofrecer “una oportunidad a la Alcaldía y a la Gobernación para que ellos dijeran quién podía coger al equipo en administración y lo sacara adelante”; es así como llegó al Pereira Luis Fernando Osorio, liderando la frustrada creación de la S.A. que jamás nació, pues de acuerdo a Ramírez, ésta no podía liquidar los pasivos de Corpereira.
La S.A. administró al Deportivo Pereira hasta septiembre del 2010, cuando los López regresaron posteriormente a una época en la que el onceno pereirano quiso pasar de ser administrado por unas pocas manos a varias manos.
La S.A., época de bonanza y de sueños inalcanzables
El equipo tras de salvarse del descenso en dos ocasiones en el 2008 y el 2009 y de tener jugadores y entrenadores de prestigio, la S.A. no nació deportivamente, además, no tuvo el aval de la Superintendencia de Sociedades, según lo asegurado por el abogado Óscar Álzate, quien además dice que se hizo captación ilegal de dinero a través de la convocatoria abierta para la compra de acciones en el club deportivo.
La S.A. es recordada por Carvajal como “uno de los mejores manejos que ha tenido el Deportivo Pereira en toda su historia”, sin embargo, Guillermo Gómez, periodista deportivo de RCN, critica la administración económica de ésta era, afirmando que “Osorio hizo contratos sin tener plata”.
Es por este motivo que el señor López indica que “hoy tenemos demandas grandes que ellos no pagaron y no asistieron jurídicamente. Aquí no hubo doliente en dos años, ni jurídicamente ni administrativamente, esto fue un paseo”. Complementa López que al equipo lo habían dejado tirado y que por ello se dio su regreso, “como dueños todavía del equipo”.
Segunda etapa de Álvaro y Francisco López
Augusto Ramírez no entiende “cómo las acciones que tenía la familia López en Corpereira y que se dice que se pagó una plata por ellas, vuelven a ser de la familia López, porque no hay una documentación suficiente para aclarar de quién es el Pereira”.
Por su parte, Francisco López asegura que “de 4.800 millones de pesos alcanzaron -los de la S.A.- a abonar 2.000 millones, de resto no nos pagaron”; Henry Carvajal confirma que Luis Fernando Osorio “el 9 de Marzo y el 9 de Abril del 2009, en dos contados, canceló 4.181 millones de pesos a los señores López”, indicando, por tal motivo que éstos, a través de un acto de poder y fuerza se apropiaron del Deportivo Pereira; Carvajal exige constantemente en su programa radial a la familia López que devuelvan el equipo a la ciudad, afirmando tener un documento que certifica el pago total de Osorio a los López.
Por lo pronto, Francisco López afirma que él y su familia seguirán al frente del equipo sin someterse a lo que está invitando el Gobierno Nacional con su nueva ley del deporte -la conversión de equipos a S.A.- asegurando que continuarán trabajando como corporación.
Pese a esto, Álvaro López Bedoya “en calidad de mayor inversionista y de persona que ha asumido el compromiso personal y empresarial” con el equipo, en carta abierta del 25 de mayo del 2011, además de convocar a la ciudadanía y las empresas de la ciudad para reforzar la parte económica de la institución, indica que viene buscando a una persona o grupo de personas que deseen asumir las riendas administrativas del equipo, asegurando que “Si esas personas aparecen, gustosamente doy un paso a un lado y entrego de inmediato la administración del equipo, sin reparo alguno”; aún así nadie aparece para tomar el mando de un equipo que se sumerge en la última posición de la tabla del descenso.
Un cáncer que parece ser incurable
“El Deportivo Pereira es un equipo entregado, sin cuentas, ni patrimonio, sin saber cuál es el origen de los recursos”, sentencia Crosthwaite; por su parte Ocampo dice que “el problema no es que le quiten al Pereira, porque no tienen qué quitarle, sino, es qué negocios hacen alrededor del Pereira el dirigente o entrenador de turno?. Ganan a costa del equipo”, complementando que “hablar del Pereira es hablar de tristezas”.
Sin patrimonio, y siendo vejado por casi todos quienes lo han administrado, el Deportivo Pereira sigue padeciendo su cáncer: a nadie le duele este equipo, salvo a una hinchada fiel que impotente observa cómo particulares y rivales le meten goles a una institución que se acerca más al abismo, conforme se aleja de aquel primer título, el cual, pese a todo, no se deja de soñar.