Misak: Cultura Milenaria

 

Porce II, un río de controversias

Por: Jennifer Castaño González

jennytennis_14@hotmail.com


En el año 1990 se propuso un plan de expansión eléctrica en Colombia, donde se evaluaron posibles proyectos de desarrollo hidroeléctrico para el país. El único que fue propuesto para Antioquia fue Porce II, una planta hidroeléctrica que supliría la demanda  eléctrica del sistema de las Empresas Públicas de Medellín y del sistema nacional interconectado

La central Porce II está compuesta de un embalse con una capacidad total de 149,37 millones de metros cúbicos, su mayor fuente de alimentación es el río Porce, el cual nace en el Alto de Minas, al sur de Medellín. La central se ubicación es de 120 kilómetros al nordeste de Antioquia, en la vía que conduce a las poblaciones de Amalfi y Anorí.

Para la realización de  este proyecto “consideramos por primera vez la posibilidad de incluir un estudio arqueológico en el área de influencia del mismo con el fin de determinar la existencia de vestigios arqueológicos y establecer así el posible impacto que las obras podrían causar en bienes materiales, considerados patrimonio histórico y cultural de la nación”, afirmó Dahiana Giraldo, ingeniera ambiental, encargada de las gestiones ambientales en EPM.

Alcances del estudio arqueológico

La empresa que conducía al desarrollo del sector eléctrico colombiano (ISA), intentó anexar dentro del proyecto la valoración del impacto arqueológico dentro de los aspectos a considerar en la gestión ambiental del sector eléctrico. ISA pretendía incluir una política a favor de la protección ambiental y arqueológica del sector en el que se iba a construir la central, sin embargo no existía un régimen estatal sobre las estrategias de amparo del patrimonio, en proyectos de desarrollo de infraestructura. Queda a salvo los derechos de la nación sobre los monumentos históricos, objetos y cosas de interés arqueológico, según la ley 164 del año 1959.

Para Juan Guillermo Restrepo, ingeniero ambiental de Ingeominas, EPM debía evaluar la pérdida del patrimonio arqueológico, realizando un estudio en el área de Porce II en el que debían determinar el impacto, cuáles iban a ser sus alcances, quién debería responder por la pérdida del patrimonio nacional, entre otros aspectos que eran indispensables calcular a la hora de desarrollar el proyecto hidroeléctrico.

Como resultado del análisis a la zona del proyecto en el que participaron funcionarios de EPM, abogados, especialistas en gestión ambiental y antropólogos de la universidad de Antioquia, la empresa se comprometió en diseñar una estrategia para prevenir, evitar, mitigar el impacto y lograr proteger el patrimonio Arqueológico en Porce II

“Desarrollar el estudio entonces pretendía superar una visión localista o de lugar y aprender a administrar y utilizar los recursos a los que se tenían acceso”, expone Juan Guillermo. Lo que se pretendía  lograr con los estudios arqueológicos aparte de tener la certeza de no estar perjudicando el patrimonio nacional, era también usar esos recursos y generar una producción de ellos para beneficios de la central.

Mediante el análisis arqueológico de los lugares y del material hallado en ellos, se deduce que en el siglo XVI la región fue habitada por diversas comunidades, desde las que vivían de la caza y la recolección de recursos de los bosques hasta sociedades más avanzadas que se suplían de la agricultura y el oro que extraían del río Porce.

Desarrollo de la central

A causa de la cobertura vegetal que se generaba por el crecimiento de las aguas represadas, se pretendía buscar un método confiable para identificar los sitios que tenían la remota posibilidad de hacer hallazgos, así que sometieron el terreno a prueba, lo que permitió conocer los lugares donde hubo actividad humana en el pasado precolombino. Luego de realizar este análisis profundo, se dio paso a la construcción de la central, y se inició la obra, que había sido sometida a estudios arqueológicos y antropológicos.

Se estipularon tres meses para el trabajo de campo y los hallazgos, pero estos meses fueron insuficientes, porque no había casi vías de acceso, no se tuvieron en cuenta los 120 kilómetros cuadrados de área, la exuberancia de la vegetación y la falta de puentes sobre el río. EPM para este tiempo ya tenía comprado más del 90% de los terrenos de la zona y se había dejado su uso agropecuario tradicional.

“Los trabajadores que vivían de las minas de oro, la pesca y demás actividades  cercanas la central pedían una indemnización o un empleo, para tener la certeza de que no se quedarían desempleados y sin dinero con que subsistir”, afirma Mássimo Milone, habitante de Amalfi y quien comenta que la central además de suplir la demanda eléctrica es una fuente de contaminación y dolores de cabeza para muchos, ya que el río Porce por sus aguas represadas suele contaminarse mucho y producir enfermedades en los sujetos que viven en los municipios cercanos.

Según la ingeniera Giraldo, “cuando los trabajadores de las minas de oro, los pescadores, y agricultores se enteraron que EPM estaba indemnizando a los obreros o los estaba vinculando al proyecto de Porce II, para suplir esa pérdida, muchos que no vivían cerca a la represa o que no vivían de esto, se fueron a instalar allá con sus familia sólo para recibir un beneficio que no les correspondía”.

Los obreros buscaban beneficios en la construcción de la nueva central, así que las EPM luego de realizar un estudio, habló con la gente y llegaron a diversos acuerdos, sin embargo esos acuerdos se ensamblaron sobre los datos que recogió EPM, que no eran totalmente reales. La falta de conocimiento por parte de los mineros sobre lo que se iba a construir en esa zona generó un fuerte problema de orden público

“Asesinaban  gente y nadie tenía datos precisos de quién o porque había sido. Para esta época comenzaron a llegar personas que decían trabajar para EPM a tomarles entrevistas a los mineros, a lo que los mineros tenían total desconfianza por los hechos que se venían presentando. Cómo consecuencia de la falta de información muchas personas fueron desalojadas de sus tierras sin recibir nada a cambio, porque debido a que no se dio un consentimiento informado a toda la comunidad no aparecían en la base de datos EPM”, expresa Giraldo.

Debido al conflicto que se generó en el proyecto Porce II, la minería con dragueros, barequeros y hasta las retroexcavadoras se estancó, ya que culturalmente se tenían periodos de trabajo según el clima, pero con la hidroeléctrica se complicaba el trabajo de los obreros, porque se presentaban subidas inoportunas de agua que es generada por la represa en su proceso de producción de energía. Anteriormente, el invierno  servía para utilizar las herramientas fabricadas en verano, todo ese cronograma se acabó con la hidroeléctrica, apunta George Antía, ingeniero ambiental.

Pero según la ingeniera Giraldo otra causa fueron las enfermedades endémicas: “es natural que a una comunidad que es relativamente pequeña, lleguen obreros de afuera, muchos con enfermedades ajenas a la región y luego se quedan allí, Esta es una región tropical que presenta enfermedades graves como la malaria”.

Desde ya, están previstos los beneficios ya con la experiencia de Porce II, se tendrán muy en cuenta cada uno de los errores anteriores para no recaer en ellos, se mejoraran las condiciones de vida, los ingresos, la salud, se informará bien sobre el proyecto. En la operación a proyectos futuros, esperamos cumplir con las expectativas de los ciudadanos, tenemos que mejorar en relación con el proyecto Porce II, para lograr así unos mejores escenarios y unos mayores beneficios para las familias impactadas. Al comienzo del proyecto (Porce ll), EPM tuvo que lidiar con los grupos armado, ubicados por los alrededores la central, “No se tuvo un contacto directo, aunque hubo momentos en que hubo presencia en muchas de las reuniones de consentimiento informado y en varios procesos de información, consulta y concertación, la relación de EPM se hacía directamente con las comunidades impactadas, la parte elemental fue la transparencia y el cumplimiento, dado que si EPM cumplía los grupos armados no tenían por qué alarmarse por nada y mucho menos si sabían lo que se pretendía realizar en este terreno”, manifiesta Giraldo.

El ingeniero Antía  dice: “es una de las formas más antiecológicas que existen en el mundo, ya que el represamiento de un río forja cambios bruscos en el ecosistema, cambia la vida, el clima,  y la rutina de muchos animales”. Los impactos ambientales, arqueológicos y sociales que ha generado la central han sido muy notables mostrando que la central ha sido  parte de una fuente de energía, de enfermedades, y de deterioro al medio ambiente.

Lo anterior concreta los conflictos que se generaron alrededor de una central hidroeléctrica que buscaba el beneficio de una sociedad impactada, pero que sin embargo pesó más el daño ambiental y social que se generó durante su proceso de construcción y después de él, que los beneficios que pudiera brindar a un país.

Riosucio, entre la tradición y las multinacionales

Por: Daniela Gil

danielagil_627@hotmail.com

Las comunidades indígenas en Colombia han estado amenazadas desde tiempos remotos. La intención de desaparecerlos ha estado ligada a los intereses en sus territorios por los actores armados, además de la presión que las multinacionales ejercen para quedarse con las concesiones de explotación de los recursos naturales de los territorio ocupados por los nativos.

Riosucio, municipio del Departamento de Caldas, acoge en su territorio una de las agrupaciones indígenas más grandes del país. Comunidad que ha sido perseguida y obligada a desplazarse continuamente. Aceptar el desangre de su gente y la pérdida de sus miembros no es una opción para ellos, por esto luchan constantemente contra la impunidad, el horror y la indiferencia de un país que les debe sus raíces y tiene oídos sordos con la problemática que están viviendo.

El municipio es conocido por el Carnaval del Diablo, su tradición cafetera y por estar conformado en un 80% de población indígena. Su territorio limita al norte con el departamento de Antioquia y al este con el departamento de Risaralda. Su ubicación, el clima templado y las riquezas naturales que posee lo hacen blanco del conflicto y quienes han sufrido de primera mano este flagelo son las comunidades indígenas del sector. Masacres, asesinatos selectivos y alianzas macabras entre grupos armados legales e ilegales, además de grandes empresas multinacionales interesadas en conseguir a cualquier costo este territorio, hacen parte de los caminos y razones para exterminar y llenar de temor a la población aborigen. En Riosucio, a dos horas de Pereira, se encuentran instalados tres resguardos indígenas Cañamomo y Lomaprieta, Nuestra señora Candelaria de la Montaña, San Lorenzo; y la parcialidad de Escopetera y Pirza.

Debido al constante ataque del conflicto en la región las comunidades indígenas de Caldas encabezadas por las existentes en Riosucio ven la necesidad de formarse  como  relata Marta Isabel Hernández, coordinadora del área de Derechos Humanos del Consejo Regional Indígena de Caldas (CRIDEC): “desde 1985 nace el consejo regional. Los resguardos de Riosucio son de 1617 y son resguardos con títulos coloniales. Pero en 1935 nace el Cridec y la sede principal está en Riosucio”. Esta organización se encarga de promover y defender los derechos humanos para la población indígena de Caldas, además de promover la formación de las Asociaciones de Víctimas en los resguardos y asentamientos que hay en el departamento. “Nosotros trabajamos con 12 comunidades que están reglamentadas y hoy tenemos Asociaciones de Víctimas en seis de los resguardos con su estructura propia y planes de acción determinados”, agrega Marta Isabel

La violencia ha estado presente de diferentes maneras, marcando la memoria de este pueblo. Casos como el de la masacre ocurrida el 8 de junio del 2003 donde asesinaron a Gabriel Ángel Cartagena, principal líder indígena de Caldas y firme aspirante a la alcaldía de Riosucio, además de perecer Hugo Tapasco Guerrero, Diego Suárez León y Fabio Hernán Tapasco Largo. La pérdida de un líder significa más allá de un individuo menos, la ruptura de los procesos que se iban gestando hasta el momento. Implantar el horror como método para el logro de sus intereses es un mecanismo constante en las dinámicas del conflicto nacional. El conflicto llega a tal punto en la región, que los miembros de estas comunidades aseguran que aún el peligro es inminente y que la lucha es constante no sólo por mantener sus territorios, sino que deben hacerle frente a la indiferencia del Estado que se niega a prestarle atención a este conflicto.

Los casos de muerte y dolor son la constante en cada uno de los miembros de este resguardo. Cada individuo ha vivido de una u otra forma el conflicto y lo más complejo de la situación es que la indiferencia del Estado es común a cada una de estas historias de horror. María Amparo, quien ha vivido toda su vida en el área que comprende al resguardo de Cañamomo y Lomaprieta, da cuenta de estos sucesos. “La violencia me ha afectado bastante porque yo tuve un hijo que me tocó sacar un tiempo de aquí por amenazas y sobrinos míos también se han tenido que ir de aquí por amenazas. El Estado no nos ha dado ningún tipo de apoyo. Cuando amenazaron a mi hijo yo puse el denuncio en la fiscalía, fue tan así que el que estaba llenando los datos ni siquiera se dignó a levantar la cabeza como para decir  ¿por qué vendrá esta mujer a poner este denuncio? Esto yo lo llevé a la personera, Marta Cecilia Delgado, ella ya hizo que me hicieran una visita y unos señores vinieron y me hicieron una entrevista”. Al intentar hablar con el Comandante de Policía de Riosucio, Subteniente Jaramillo, se negó a dar declaraciones con respecto a los hechos denunciados por los miembros de los cabildos.

“Yo pienso de que está bien que no hagan nada del apoyo que buscamos, pero que al menos nos hubieran escuchado, nosotros merecemos respeto, que nos escuchen así seamos indios, campesinos, lo que sea”, concluye María Amparo desde lo que ha sido su experiencia al intentar encontrar apoyo en las entidades de protección del Estado.

No sólo la falta de apoyo institucional aqueja a las comunidades indígenas de Riosucio. El trabajo que ha realizado el CRIDEC no cuenta con apoyo económico por parte del Estado, lo que logran construir está financiado por varias ONG internacionales y por proyectos que ellos mismos generan. Fue con su perseverancia y la constante denuncia de los hechos violentos que logran obtener las medidas cautelares por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos como da cuenta Marta Isabel Hernández: “desde el 15 de marzo del 2002 nos fue otorgada por parte de la CIDH las medidas cautelares.  Medida que solo siete pueblos indígenas de Colombia poseen. Esto obliga los ministerios a proteger los pueblos de los riesgos que trae el conflicto y a salvaguardar a los pueblos que están en peligro de extinción. Pero apoyo directo del Estado no hay”.

El territorio es nuestro

La lucha por mantenerse en su territorio los ha llevado a constituirse y a crear una estructura lo más fuerte posible para poder hacerle frente a este flagelo. Los habitantes de los resguardos culpan al Estado de quererlos sacar de sus tierras para dárselas a los inversionistas extranjeros. Y es el territorio, y su apego al mismo, lo que los ha puesto en el ojo del huracán. “La culpa es del Estado, son encubiertos con los terratenientes y los financieros para apoderarse de los territorios indígenas que es donde están las riquezas, en Cañamomo tenemos una mina de oro y una de oro negro, tenemos uranio y esa es la envidia de las multinacionales con la responsabilidad del Estado se forman los grupos paramilitares y buscan sacarnos de acá para quedarse con las tierras”, comenta Conrado de Jesús Reyes García, Médico tradicional y miembro del Consejo de Mayores del resguardo de Cañamomo y Lomaprieta.

Estos hechos se hacen constar mediante el comunicado enviado el lunes 14 de febrero de 2011, por las Comunidades del Resguardo Indígena Cañamomo Lomaprieta de Riosucio y Supía Caldas, luego de una reunión con los representantes de la Antioquia Gold, empresa minera que pretende realizar exploración en los territorios de estos resguardos. Los indígenas denuncian ante distintas entidades nacionales e internacionales “la constante amenaza que en la actualidad recae sobre nuestro territorio indígena, proviene de las diferentes empresas de extracción minera, las cuales tienen como objetivo la exploración y explotación en nuestro territorio”

Con base en estos problemas y a las innumerables amenazas que sobre estas comunidades indígenas recaen, Diana Teresa Valencia Largo, coordinadora general del Cridec considera que para mantener con vida sus tradiciones y luchas: “los caminos son las políticas, la defensa del territorio como derecho del colectivo, lo clave es defender el territorio, del desarrollo no consultado, de prácticas ambientales  nocivas, de intervención de multinacionales que lo dañen, pero también internamente  nosotros debemos planificar el territorio, no podemos  acabar con el agua o construir donde queremos construir porque hay que planificar el territorio”

A pesar de estar organizados y contar con una personería jurídica, el miedo es constante entre los miembros de esta comunidad. “El conflicto no ha mermado. Más bien se ha reconfigurado. Nos hablan de zonas de posconflicto, nosotros estamos en desacuerdo de que nos tilden como zonas de posconflicto. En la zona todavía hay presencia de grupos al margen de la ley. Porque aquí opera el bloque Cacique Pipintá de la AUC que no se desmovilizó, solo se desmovilizaron los cabecillas pero siguen presentes con otro nombre”, afirma Marta Isabel para hacer referencia a la situación de orden social en la zona.

A pesar de los constantes ataques armados, las amenazas y con el miedo en sus mentes en todo momento, los miembros de la comunidad  se muestran seguros de su lucha y afirman no estar dispuestos a dejarse amedrentar por las acciones que realizan los actores del conflicto para sacarlos de su tierra y entregárselo a empresas mineras “la organización cabildo, no está interesada en hacer acuerdos con empresas mineras extranjeras, no estamos en condiciones de entregar nuestro territorio a empresas que dejan ruinas, deterioro del territorio; como indígenas la tierra la necesitamos para producir nuestros alimentos”, según el comunicado que dio el cabildo a la reunión con la Antioquia Gold  el 14 de febrero de 2011.

En la mente de los miembros de esta comunidad no está rendirse y mucho menos perder el tiempo. La lucha que ellos plantean es constante y busca mantener la integridad de su territorio como propone Conrado de Jesús Reyes: “la misión mía es formar cuadros de la juventud, cuadros revolucionarios de la juventud. Ya que el responsable de esta situación es el Estado que no ha podido implementar una verdadera política de respeto a los derechos humanos de toda la población. Por eso depende de nosotros mantener la iniciativa viva”. Estas iniciativas son de vital importancia en la búsqueda de la salida al conflicto del país, pero si el Estado no respeta estas organizaciones y continúa atacándolas, la salida se aleja cada vez más. En este momento, sólo la presión internacional ha puesto en alerta a los diferentes estamentos del Estado colombiano para que defiendan los intereses de los pueblos indígenas.

Génova quiere cambiar de cara

Génova, Quindío, es un municipio que a lo largo de la historia de Colombia ha contado con mala fama. Debido a ello se ha visto marginado por los demás municipios de su departamento.
 
Por: Simón González López

simongox@hotmail.co

“La toma guerrillera se dio aprovechando que era viernes, el día en que el helicóptero del Ejército Nacional llegaba a zona para recoger el dinero del Banco Agrario”, aseguró Mario Villa Uribe, habitante del municipio de Génova, siendo éste el caso más excepcional de violencia en el municipio atribuido al frente 50 de las FARC, el cual sucedió el cuatro de diciembre del año 1997 en la madrugada.

Génova es un municipio en el cual nacieron los dos asesinos más publicitados de la historia reciente de Colombia, como lo son Manuel Marulanda Vélez, alias ¨Tiro fijo¨, jefe guerrillero de las Farc y Luis Alfredo Garavito, considerado por la Fiscalía General de la Nación como el segundo asesino más buscado del mundo. Estas dos personas fueron en buena manera artífices de la mala fama con la que cuenta el municipio en todo el departamento del Quindío.

Génova es un  municipio el cual día a día lucha por borrar esos rumores negativos y poder sacar de la cabeza de los colombianos que es violento y que en él viven los guerrilleros, o que llegar a él es imposible porque los caminos se encuentran invadidos de grupos armados al margen de la ley. Es un municipio que quiere ser recordado por la forma de ser de las personas y lo cálido que es y no por los malos recuerdo.

Las autoridades y la gobernación trabajan por una mejoría en el índice de desarrollo humano, como lo asegura el agente encargado de la policía metropolitana de Génova, Luis Ceballos Muñoz, que en la actualidad se encuentran trabajando con un grupo de madres cabeza de familia, y apoyando a jóvenes con diferentes actividades, para ayudarlos que vayan por un buen camino.

En el sector de la seguridad es donde más alto ha estado el índice de desarrollo, ya que en el año 2007 se registraron 89 casos delincuenciales como riñas callejeras, hurtos, asesinatos, entre otros; En el año 2008, 99 casos; en el 2009, 56 casos; y en el 2010, reducido a 52 casos, siendo notorio el incremento de la seguridad en el municipio.

“En el tema de tráficos de estupefacientes, no se ve el narcotráfico como solían decir los rumores. Se ve micro tráfico que es el mayor problema de seguridad que tiene el municipio, pero ese problema se ha ido solucionando cada vez más, ya que las ventas eran en lugares muy arraigados”, aseguró el agente de la policía metropolitana de Génova Ceballos, ya que es lo más común en la actualidad, en cualquier parte del país tanto en ciudades grandes como municipios como éste que son pequeños se puede observar.

“Este es un municipio que no presenta ningún tipo de de delitos mayores, ni desplazados, ni mucho menos subversivos en la zona, todo lo que se escuche negativo son sólo rumores, las mismas estadísticas lo confirman”, asegura el alcalde Jhon Didier Grisales.

Corredor ilegal

El municipio de Génova geográficamente se encuentra apto para que grupos al margen de la ley transiten por sus zonas, como el frente 50 de las FARC, liderado en ese tiempo por alias “Hernán”, el cual el 4 de diciembre del año 1997 se tomó al municipio dejando como resultado cinco muertos y dos personas más heridas, entre las cuales se encontraba el teniente de la policía Cristian Heracio, según  El Tiempo.

A pesar de estos incidentes el municipio siempre fue muy tranquilo. “En este momento goza de una tranquilidad impresionante”,  asegura el agente Luis Ceballos.

El ex alcalde Efraín Alfonso Garay, asegura que lo hecho por las FARC en el sector fue muy poco, más bien ellos estaban pendientes de las mejorías que estaba teniendo el municipio, como en repetidas ocasiones, que a altas horas de la madrugada llegaba un carro a recogerlo para llevarlo a la montaña a reunirse con los jefes del frente 50 de las Farc y ellos le exigían resultados y cuando no les gustaba algo se lo comunicaban para que se corrigieran. Consideró que el error más grave que ellos tuvieron en su mandato, fue el de la toma porque de esa manera fue que lo despidieron como alcalde, faltando algunos días para entregar su mandato.

En el año 2004 se instala en la zona, el Batallón de Alta Montaña, con una capacidad para albergar a más de 600 hombres. Con esa medida se desmantela por completo el frente 50 de las FARC siendo Giovanni Perea Martínez, alias ‘Chocorramo’,  el último cabecilla en entregarse y proporcionándoles más control de las zonas a las autoridades, no solo de Génova, si no también de Pijao, además algunos municipios del departamento del Tolima y del Valle del Cauca.

Este es un municipio que sueña algún día,  ser nombrado por sus buenas personas, por las buenas acciones de la comunidad, porque la lucha que se vive a diario por salir adelante es notoria, lo primero que se debe hacer para poder realizar estos logros es educar a las personas,  buscar una unión entre ellos y tolerancia. “En mi época de mandato, mi mayor obra fue construir el estadio de fútbol,  ya que hoy en día las personas se reúnen sin importar la edad a jugar. Hay un torneo para mayores de 40 años, pero los jóvenes también la aprovechan”, dice Garay,  es que hoy en día para poder superar la violencia hay que empezar con las personas jóvenes, mostrándoles que hay otros caminos los cuales seguir, es importante tanto una buena educación como una buena recreación.

En la alcaldía de Grisales este también ha sido un punto fuerte de inversión y desarrollo, en el año 2009 se invirtieron 22.127.960 pesos en diferentes deportes y en el año 2010 la inversión ascendió a los 44.334.820 pesos e invirtiéndole también a diferentes actividades no solo físicas, si no también mentales como el parqués y el ajedrez.

Reconocido internacionalmente como “El pueblito paisa del Quindío”, gracias a la forma de ser de sus habitantes, siempre mostrando una buena actitud y amabilidad a sus visitantes. Es el municipio con mayor exportación de café del departamento del Quindío, ya que su economía está basada en la agricultura.

En el pasado año fue construida una torrefactora, para así mejorar la calidad del café y el municipio pudiera sacar su propio producto, como asegura el Alcalde Grisales: “al probar nuestro café le vas a sentir un sabor  ácido, pero muy leve siendo este diferente a los demás”. Esta construcción les favoreció, ya que generó más empleo a la población, por parte de  la Alcaldía ayudando a mejorar los cultivos y explotar mejor la cosecha.

“Con la ayuda del gobierno alemán, cuando el país estaba en plena crisis cafetera se logró desarrollar lo que tenemos en este momento, lo que se llama los cafés especiales, que en este momento es lo mejor que se puede encontrar a nivel mundial”, afirma Villa Uribe.

Se puede decir que Génova es un municipio luchador, que día a día las personas se esfuerzan por salir adelante, por dejar el nombre de su municipio en lo alto, pero ante todo buscan ser reconocidos, por ser personas perseverantes trabajadoras, luchadoras y no por ser un municipio violento, debido también a que allí nacieron los dos asesinos mas mencionados en la historia de Colombia.

Patrimonio cultural de la humanidad, en ruinas

 “…y a la verdad, en la mayor parte de Indias se tiene más cuidado

en hacer y adornar la sepultura, donde han de meterse después de muertos,

que no en adornar la casa en que han de vivir siendo vivos”.

 

(Pedro Cieza de León)

 En el suroccidente del Huila, el municipio de San Agustín se encuentra en eminente riesgo de perder su patrimonio por problemas con la comunidad indígena Yanacona.

 Por: Luis A. Candela Gómez
lucho.gomezz@hotmail.com

Bajo el lema de “Proteger nuestro patrimonio es obligación de todos”, seis promotores de la identidad agustiniana lograron convocar cerca de cuatro mil personas en una manifestación pacífica encabezada por niños, jóvenes y adultos, quienes vestidos con camisetas blancas y diferentes pancartas marcharon unidos por defender el Parque Arqueológico de San Agustín, Patrimonio Cultural de la Humanidad, que desde hace siete años se encuentra en riesgo de perder su envidiable título.

Fotografía: Luis A. Candela Gómez

El cabildo indígena de los Yanacona se ha convertido en una verdadera piedra en el zapato para los habitantes de San Agustín, y es que desde el año 2003 se viene presentando una problemática entre la comunidad agustiniana y el grupo de indígenas que habitan junto al Parque Arqueológico, al punto de que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco),  quiere despojar al municipio su derecho de patrimonio debido a una carretera destapada que consta de 250 metros aproximadamente, que ha sido abierta a pico y pala por los Yanacona, quienes manifiestan que dicha vía facilita un rápido acceso hasta su resguardo desde la carretera principal que viene desde el pueblo, de modo que puedan transitar personas y vehículos hasta la maloca en un menor tiempo, beneficiando tanto a la comunidad como a los campesinos de veredas aledañas.

Según  las declaraciones de Lina Clarena Ramírez, secretaria de Ecoturismo y Cultura de San Agustín, para ellos llegar a la maloca es un paso más corto y pueden dejar a los niños cerca de la escuela, pero hay dos vías alternas que pasan por el lugar. Además que están arrasando a su paso con la reserva floral y con un camino perteneciente al parque.

Entidades como la administración municipal y el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh), han manifestado que si se deja abierta esta carretera se corre el riesgo de que la Unesco desvincule al sitio de su patrimonio de identidad, debido a que este camino hace parte de los terrenos del Parque Arqueológico como único testigo de la antigua civilización agustiniana, lugar que no permite ser reestructurado, y en menor rango exterminar con parte de su reserva. “Ellos están ahí y se pararon en la raya exigiendo sus derechos como indígenas manifestando que las tierras no son de nadie”, afirmó Ramírez.

 

 

El misterioso lugar

Al suroccidente del departamento del Huila, lugar de nacimiento del río Magdalena, está ubicado San Agustín, un municipio enriquecido por su diversidad ecológica compuesta de grandes rocas, ríos, montañas, lagunas y cascadas; pero lo que realmente hace misterioso a este lugar es su riqueza cultural arqueológica.

Fotografía: Luis A. Candela Gómez

Hace más de tres mil años, en San Agustín floreció una civilización de hombres nómadas dedicados a la agricultura, que en sus primeros periodos de formación produjeron cerámicas, como también orfebrería. Más adelante esculpirían centenares de estatuas monolíticas talladas en piedra en conmemoración de sus líderes o deidades astrales como parte de su religión. Muchas de estas figuras son además zoomorfas –figuras animales– representando a diferentes especies como águilas, monos y serpientes.

 

En la actualidad se encuentra localizado el Parque Arqueológico de San Agustín, declarado por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad en el año de 1995.

Se trata de un mítico lugar que guarda todos los secretos de esta antigua civilización que desapareció entre los años 1.300 y 1.400, y de la cual se desconocen sus causas.

Hoy el área comprende de 70 hectáreas, divididas en cuatro mesitas (A, B, C y D), el Alto del Lavapatas y el Bosque de las Estatuas, donde se puede apreciar la grandeza de dicho patrimonio.

 

 

Tesoro único en el mundo

La base económica del municipio de San Agustín es la agricultura, donde sus principales productos de exportación son el café y la caña de azúcar, tomando como derivado la panela.

Cuando el municipio recibió su patrimonio el turismo incrementó notablemente. Turistas y estudiantes de facultades de antropología viajaron para hacer sus prácticas de campo, además que gracias a su ubicación en el pleno macizo colombiano surgieron deportes de aventura como el rafting y rappel.

El patrimonio permitió que San Agustín se posicionara como el destino turístico por excelencia del departamento del Huila a nivel nacional e internacional.

Según la Secretaría de Ecoturismo y Cultura, durante el año 2010 se recibieron cerca de 54 mil visitantes al municipio.

San Agustín tiene un título envidiable, pero que de igual forma está en riesgo de perder por el actual conflicto entre sus habitantes y los Yanacona.

Fotografía: Luis A. Candela Gómez

Ante esta situación la comunidad agustiniana realizó una manifestación pacífica en defensa de su patrimonio, donde alrededor de cuatro mil gotas blancas marcharon acompañados por representantes de la administración municipal, carabineros de la Policía Nacional, Empresa de Servicios Públicos, instituciones educativas, el Hospital Arsenio Repizo Vanegas, militares del Ejército Nacional, comercio y además medios de comunicación local marcharon unidos por su patrimonio.

José Elias Jamioy es uno de los organizadores de la marcha y reitera tener un envidiable patrimonio, pero que no se le ha dado el valor que merece porque como agustinianos no han tenido la suficiente cultura. “Yo siempre he dicho que si San Agustín estuviera en Medellín, esto sería una mina de plata, porque el paisa tiene otra forma de ver las cosas y es más visionario”.

 Aníbal Anacona es un hombre indígena, quien además administra su propia agencia de viajes en el municipio, y asegura que tener el apellido Anacona no hace que tenga la misma mentalidad que tienen los Yanacona al querer apropiarse del terreno, y que el Gobierno tiene que darle a él lo que desee. “Mucha gente que tiene los apellidos llegan aquí a abusar por medio de ellos sin respetar lo que tenemos, y es la cultura que nos dejaron nuestros antepasados”.

Varios de estos indígenas no son pertenecientes al cabildo de los Yanacona, porque provienen de los departamentos del Cauca y Nariño afligidos por situaciones de saqueo, desplazamiento por violencia, situación económica, lo que, entre otros factores, hace que estas personas se desplacen a diferentes resguardos del país incluyendo a San Agustín, al brindarles un mejor beneficio económico en cuanto al trabajo agrícola, además de vivienda y educación.

Jair Quinayas, ex gobernador del cabildo de San Agustín, manifiesta que en Pitalito hay tres cabildos hermanos provenientes de otras tierras, San José de Isnos y Palestina, y además hay Yanaconas en Putumayo, Cauca, Cali, Armenia y Bogotá, pero a pesar de sus inconvenientes la comunidad se está organizando de tal manera que han presentando un fortalecimiento interno al desplazarse a las grandes ciudades, y mostrándole al Estado que quieren permanecer por más generaciones como sociedad indígena.

La cultura Yanacona

Los Yanacona son indígenas productores de arveja, fríjol, caña, café, ganado y medicina tradicional, quienes unificados con los campesinos de veredas cercanas han generado desarrollo para la comunidad.

Después del periodo de conquista estos hombres retomaron la simbología a partir de sus deidades. El padre Inti representa el sol, madre Quilla la fertilidad y Pachamama a la tierra, además que el arcoíris se ve representado en diferentes prendas artesanales elaboradas por la comunidad, en la maloca, paredes y elementos de defensa. “El rojo es la sangre que corre por nuestras venas, el naranja la madre tierra, amarillo nuestro padre Inti, el verde la madre naturaleza, el azúl celeste el firmamento, azul el agua, y el morado es el luto que damos cuando alguien fallece”, afirma Quinayas.

Según Wilson Vargas, corresponsal del periódico Extra, el problema es que cierta parte de los agustinianos no valoran lo que tienen, y no se justifica que 20 o 30 personas que ni siquiera son nativas de San Agustín estén acabando con el patrimonio sin importar que el municipio gane o pierda, agregando además que el único interés de ellos es luchar por ganar tierras. “El municipio les ha dado tierras y muchas cosas, pero son personas que no la saben manejar. Tuvieron ganado y lo dejaron morir”, asegura Vargas.

Una parte de estos territorios fueron donados por el Gobierno, otros adquiridos con dinero de la misma comunidad por medio del trabajo agrícola, y donde actualmente se encuentran fueron obtenidos mediante un proyecto que se presentó al Estado garantizando la reforestación de la zona.

Periódicos locales como El Diario del Huila, se han encargado de suministrar información sobre hechos de violencia que involucran a los Yanacona con las autoridades del municipio en un enfrentamiento con gases lacrimógenos, palos y piedras, al punto de causar lesiones físicas a cuatro indígenas golpeados en sus miembros y desmayados por gases, además que un policía del Esmad resultó gravemente herido en su rostro al ser golpeado con rocas, cuando la Procuraduría General de la Nación ordenó a las autoridades cerrar el paso de la caótica carretera que tiene al borde de la desertificación a San Agustín. Según Lina Ramirez, los indígenas se escudan en los niños ante situaciones de protesta, y la fuerza pública maneja el debido respeto con ellos.

Para la comunidad indígena ésta problemática no es un conflicto. Quinayas considera que su cabildo es el encargado de cuidar y preservar lo que sus ancestros han dejado. Un camino que desde hace más de 100 años ha existido y lo único que ellos han hecho es mejorarlo y así generar un desarrollo para su comunidad. Asegura, además, que anteriormente en ésta carretera funcionaba una estación de policía y el Estado lo único que hace es manejar un celo político de poder, mirándolos “como los negros que joden” a cada instante enviando a la fuerza pública para que así hagan caso.

Si se habla del patrimonio en un término general la comunidad lo reconoce y lo respeta, pero creen que se debe partir del punto de vista que lo esencial no es centrarse en un título, sino en mirar que la comunidad tiene su necesidad y a eso es que deben apuntarle, afirma Quinayas.

Lina Ramírez manifiesta que desde hace siete años que se presenta esta problemática se han dado una serie de acuerdos entre el departamento, alcaldía de San Agustín, el Icanh y otras mesas de concertación frente al cierre definitivo de la carretera, pero pasan los días y se olvida lo pactado. “La gente esta sesgada a que tienen que estar ahí y que tienen derecho a todo, pero el problema es que no se llega a ningún acuerdo”, dice Ramírez.

El parque del abandono

 

            No sólo conflictos entre autoridades y Yanaconas son motivo de preocupación. El Parque Arqueológico ha sido el epicentro de una serie de hechos que empiezan en el siglo XX con la profanación de tumbas por parte de guaqueros, y que hasta nuestros días, estas esculturas han sido rayadas y pintadas por un animal más primitivo conocido como hombre moderno.

Fotografía: Luis A. Candela Gómez

Actualmente este paraíso terrenal presenta un notable descuido de sus piezas arqueológicas, planta física y personal de vigilancia del parque.

No existen cámaras de seguridad, ni controles en la taquilla al momento en que los turistas ingresan al Parque Arqueológico. Fácilmente se puede entrar y salir del lugar sin la necesidad de adquirir un brazalete de entrada que tiene el valor de 10 mil pesos, el cual no es verificado en ningún momento a lo largo del recorrido.

Según la Secretaría de Ecoturismo y Cultura de san Agustín, el Icanh es el encargado del mantenimiento de las esculturas y del museo. Un sigiloso ladrón podría fácilmente robarse piezas invaluables del parque.

Según Diego Fernando Muñoz, docente y organizador de la marcha, manifiesta que los habitantes de San Agustín ante ésta problemática han otorgado frente a diferentes actos de vandalismo cometidos en el municipio.

“Muchos turistas han sido victimarios de robos, y a pesar que la comunidad agustiniana se entera de los hechos, no se atreven a denunciar debido a la percepción económica que tienen de los viajeros, pues consideran que todo el que viaja a San Agustín tiene buen capital”, aseguró Muñoz.

A la difícil problemática se suma el hecho de que ahora cualquier persona puede ser guía. Se trata de un grupo de técnicos que carecen de conocimiento en cuanto a la historia frente a los distintos temas, además que se conocen casos de educadores que pagan la orientación a guías profesionales para que brinden charlas a los novatos.

Este tipo de problemáticas son las que hoy turistas desconocen acerca de San Agustín, crisis que ha llevado al municipio al borde del abismo de perder su patrimonio, debido a la falta de pertenencia histórica de sus habitantes.

Según Diego Muñoz, en su caso como docente, pregunta a sus estudiantes cuál es su patrimonio y no saben sobre de qué les está hablando, porque según su criterio nunca les ha interesado el tema. “Queremos volver a nuestros ancestros, volver a nuestra cultura, y de que sepamos por lo menos qué es patrimonio”, asegura Muñoz.

Pero a pesar de los inconvenientes, San Agustín se sigue mostrando fuerte ante el mundo como destino turístico, más por su amplia tarjeta de presentación como Patrimonio Cultural de la Humanidad, aunque también es acreedor de un clima variado, fauna y diversidad floral, y además la riqueza hídrica que rodea a este municipio huilense.

Si cada una de las estatuas pudiera hablar, grandes historias serían reveladas, pero por ahora Colombia debe centrarse en mostrar la grandeza de San Agustín, y hallar la solución a cada una de éstas problemáticas. Lina considera que es muy importante de que la gente del país venga y observe la grandeza cultural que tienen los colombianos, porque esta nación es de todos. San Agustín, un encuentro con la naturaleza y la cultura.

Petróleo, riqueza origen de mucha pobreza

Ocoa, Quenane y Reforma son los tres ríos afectados por la contaminación que Ecopetrol ha causado por el vertimiento de las aguas residuales, producto de la extracción del crudo. Debido a esta contaminación también se perjudican  los habitantes de las comunas cuatro y siete de la ciudad de Villavicencio, la cuna del petróleo.


Por: Anyelly Carmona Ospina

yelly_1304@hotmail.com

 

 Hace 20 años que los habitantes de dichas comunas se enfrentan a este  problema, han acudido  a las autoridades, para que esta situación llegue a su fin, pero aún no encuentran respuesta  alguna. “Al no hallar una solución  por parte de las autoridades, decidimos hacer un plantón  afuera de las instalaciones de Ecopetrol”, según dice Willington Burgos, presidente de  asociación  de trabajadores de las regiones circunvecinas de Apiay ARCA (Asociación Defensa  de recursos naturales de Cantabria), “duramos cuatro días, el día 18 de febrero Ecopetrol tomó  represalias en contra de la comunidad, despojándonos, dándonos bolillo, tirando gases,  golpeando a gente de la tercera edad, a niños, a mujeres, no respetaron a nadie si no que a todos  nos golpearon”.

Esta acción de Ecopetrol dejó como resultado más de  diez personas detenidas y heridos, pero el  más afectado fue Giovanni Arévalo, un joven que a pesar de sus ataques de epilepsia fue  golpeado de tal manera que le fracturaron dos costillas y quedó en estado de coma por cuatro días.

Por tal razón se decidió hacer una marcha en Villavicencio el lunes 28 de febrero, donde asistieron 23 comunidades. Todos los asistentes llevaban en sus manos una denuncia, para plantearla contra Ecopetrol y contra la fuerza pública, al mando del coronel  Marco Tulio Avendaño, donde se exige a dicha empresa petrolera dejar de contaminar los ríos que están perjudicando a las personas de las comunidades que no poseen acueducto y la única manera de acceder al agua es sacándola de los ríos. Exigieron también la renuncia del comandante de Policía, puesto que diez días atrás se presentó el inconveniente, donde los manifestantes fueron desalojados por la fuerza.

“El hecho que se vivió el 18 de febrero no se va a presentar porque aquí no estamos afectando la producción de Ecopetrol. Es que para Ecopetrol es más valioso el barril que la gente, eso es lo que nosotros queremos cambiar: primero la vida en cambio de la producción, ¿ellos por qué hicieron golpear a la gente?, porque tenían 14 pozos parados, entonces se les afectó la producción, esa es la diferencia del plantón afuera de las instalaciones y de esta marcha. La empresa esta funcionando normalmente allá”, dijo Henry Jara, presidente del sindicato de Ecopetrol.

Negación al vertimiento en el río Guayuriba

Conociendo el mal manejo ambiental que se le están dando a los ríos, los habitantes de las comunidades pertenecientes a la fundación Arca, los integrantes del sindicato de Ecopetrol y el fiscal Luis Albeiro Rojas quien manifestó su preocupación por las comunidades y por el trato que se les está dando con el manejo ambiental, dichas personas se encuentran  realizando labores para que el resto de la ciudad se dé cuenta de la problemática que se vive con respecto a la contaminación, puesto que esta información que no ha sido publicado en los medios. Jara expresó: “medios como Caracol televisión me han hecho entrevistas, pero no han publicado nada porque para que salga la noticia uno tiene que hablar suavecito y estar como al favor de ellos, para que no se sienta tan duro y entonces uno no sirve para eso, entonces de que sirve que vengan hasta acá”. Por tal razón, se busca el apoyo en las comunidades: “se están viendo afectadas más de 14.000 personas en esa área”, expresó Juan Felipe Harman, ingeniero civil que trabaja con estas comunidades en el tema ambiental. Se niegan a la construcción que se piensa realizar con fines de llevar las aguas residuales de los pozos al Guayuriba, uno de los ríos que desemboca en el Meta, por tal motivo se estaría contaminando toda la cuenca del Orinoco, donde se verían más personas afectadas y los únicos beneficiados serían los accionistas de Ecopetrol.

Extracción del crudo

El primer proceso que se hace para buscar el petróleo es una actividad que se llama sísmica, la cual consiste en  hacer estallar unos explosivos que  son puestos en el subsuelo. La explosión genera unas ondas que rebotan interiormente y se puede observar si en esa parte del subsuelo existe o no fluido, el fluido interno está compuesto de gas, agua y petróleo. El segundo proceso que se realiza se llama perforación, con una broca de taladro gigante se empieza a excavar la tierra para crear los pozos, que  van desde los 6.000 pies hasta los 11.000 pies (un pie equivale a 30 centímetros), no hay ni uno más superficial, ni uno más profundo. El tercer proceso se llama registro eléctrico, que consiste en introducir en el pozo un cable que identifica  el agua, el  crudo y todos los demás elementos que se encuentran en el subsuelo, cuando se encuentra  arena se evalúa cuál es la densidad y la porosidad, puesto que  el crudo se halla en las arenas, no en las arcillas. El cuarto proceso es llamado case hole quiere decir que el pozo está listo para ser utilizado, pero es necesario el cañoneo, donde por medio de explosivos se decide a qué profundidad se hacen detonar, dependiendo  del explosivo se penetra la formación del pozo entre 20 y 49 pulgadas (50 a 125 centímetros), por donde empieza a salir el crudo. Se puede hacer el cañoneo de cuatro tiros por pie, hasta doce tiros por pie. Seguido de esto viene el equipo de superficie, donde se implanta el arbolito, que son unas válvulas de seguridad, que es lo que se puede observar cuando se pasa por el lado de un campo petrolero.

Existen diferentes formas de extraer el petróleo. Una de ellas es cuando dicho elemento sale sin ninguna ayuda, pues la presión del gas que se encuentra en el sub suelo es tan alta que es capaz de empujarlo hasta la superficie, éste es llamado pozo natural, pero en Colombia casi no se presentan estos casos, la mayoría de los pozos es decir, aproximadamente un 80%, necesitan ayuda para extraer el crudo, donde se utilizan bombas electro sumergible, se hace un bombeo eléctrico que va conectado con un cable a la energía, dicha energía enciende un motor que ayuda a elevar el crudo para que llegue hasta la superficie. Este proceso se llama completamiento.

“No es rentable para el negocio del petróleo sacar agua, porque el agua no se vende, el agua la tenemos en superficie, mientras que sacar crudo sí es importante. El yacimiento de Apiay Castilla produce mucha agua, pero esa agua cuando se saca a superficie hay que hacerle un tratamiento muy extenso de salubridad, de potabilidad, para poder vertirla a los ríos, esa agua sale a una temperatura de 200 grados fahrenheit (93 grados centígrados). Si se le ocurre a alguien sacar esa agua y depositarla en los ríos, mataría toda la vegetación, todos los animales, además viene con residuos minerales, azufre,  mercurio y todos estos elementos que se encuentran en el sub suelo, entonces hay que hacerle un tratamiento muy fuerte para poder meterla en los ríos y no existe la infraestructura en superficie para tratar esa agua”, expresó el ingeniero eléctrico Wilmar Polanía, quien trabaja para una de las empresas contratistas de Ecopetrol. Castilla produce 125.000 barriles diarios y Apiay 24.000 barriles de crudo.

La otra cara de la moneda


 “Nosotros hacemos el proceso que se le debe hacer al agua como se debe hacer, ese es el  discurso de cualquier ingeniero, pero nosotros como trabajadores de Ecopetrol sabemos que  eso no es verdad, nosotros somos los que manipulamos el agua”, expresó Henry Jara,  presidente del sindicato de Ecopetrol, quien está a favor de las comunidades, y además dijo que  él y los demás integrantes del sindicato no están en contra de la empresa petrolera, pero que no  comparte los manejos que los administradores le están dando a la empresa. No niega que la  petrolera más importante del país es una empresa que emplea a los desplazados y a los  campesinos, pero no ofrecen un empleo fijo, puesto que le da la oportunidad a personas  diferentes en todos los trimestres del año, de esta manera Villavicencio es una de las ciudades con menor tasa de desempleo de todo el país.

Por otro lado, Ecopetrol como encargado de extraer el petróleo que se encuentra en el sub  suelo, y de acuerdo con los estudios geológicos, sabe en qué parte excavar. “Una familia que es propietaria de una determinada cantidad de tierra, y en cierta parte de su propiedad se encuentra el crudo, la familia tiene como obligación dejar hacer la exploración, pues existe una ley que dice que a los propietarios de una tierra solo les pertenece desde la superficie hasta tres metros de profundidad, de los tres metros hacia abajo, es decir, el sub suelo, le pertenece a Colombia, igual que se ve con el aire, pero si se encuentra una buena producción petrolífera, la empresa deberá pagarle un porcentaje a la familia dependiendo la cantidad de crudo que sea extraído”, dijo Wilson Medina, trabajador de los pozos de Ecopetrol.

Según el boletín económico regional, el Meta es el departamento con mayor producción de hidrocarburos, dejando a Casanare en el segundo lugar, después de que era uno de los pioneros. En el registro obtenido por el boletín en el primer trimestre del 2010, Ecopetrol en el Meta produjo 260 barriles diarios, incrementando en un 13.9% la producción del primer trimestre del año 2009. Aun está pendiente el análisis para el primer trimestre del 2011 y se espera que se incremente, siendo así la cuarta empresa petrolera más importante de América Latina.