Transportadores en Medellín no aguantan más ‘vacunas’

Una nueva problemática social está atravesando Medellín y esta vez tiene bastante  consternados a los  habitantes de las diferentes comunas, por el cobro de vacunas a los conductores de transporte público.

Por Christian Prada

Chófer de bus, habla del cobro de vacunas a transportadores en Medellín

 

Es un tema que compromete a todo Medellín, situación que todos los días obliga tanto a conductores de transporte como a la población civil que hace uso de este servicio, a cancelar grandes sumas de dinero a los grupos al margen de ley para poder dejarlos trabajar y garantizarles así mismo la vida.

En la ciudad de la eterna primavera, desde un simple vendedor ambulante  hasta un representante de ventas de Avon, es decir todo el gremio de comerciantes, vendedores ambulantes, empleados de almacenes, vendedores de minutos, aseadores, vendedores de frutas, comerciantes de ropa, vendedores de cd y dulces en los semáforos, mariachis, y hasta los mismos conductores asalariados deben pagar una vacuna para poder seguir viviendo y trabajando.

El gremio más afectado por esta modalidad de extorsión suele ser el de los conductores de vehículos de servicio público, especialmente de busetas urbanas, ya que las cifras por cancelar oscilan entre 30.000 y 60.000 mil pesos semanales por cada conductor.

Según Fenalco, las bandas pueden recaudar  más de 40.000 millones de pesos por cada zona que ejerzan el cobro. Un cálculo aproximado de los ingresos semanales oscila entre 139 y 147 millones de pesos por todo el municipio.

Ex alcalde de Medellín Alonso Salazar, se niega a responder sobre cobro de vacunas a transportadores:

 

La pesadilla  se está desbordando desde el centro de Medellín hasta municipios aledaños que pertenecen al departamento de Antioquia. Los llamados  combos delincuenciales se han convertido en un negocio millonario   que va  desde los que cobran hasta los que callan, teniendo, según el caso, su recompensa o castigo.

Las  «vacunas»  es una forma de financiación por parte de los grupos armados ilegales y por la delincuencia común, ya que con este dinero mantienen el poder en los microterritorios. En medio de esta presión ilegal, el ciudadano común y corriente padece los vejámenes de  este negocio  que cobran, venden, amenazan y asesinan a cualquier precio, lo que realmente preocupa es  que cada vez son más tempranas las edades en las cuales se inician los protagonistas en estos actos,  abandonando  las aulas de clase para incursionar   en estos grupos criminales e iniciando una carrera delincuencial con desastrosas consecuencias, tanto a nivel  social como económico y  familiar.

El interés de los protagonistas, aparte del  económico, está representado en Marcar su territorio con los famosos límites entre comuna y comuna y en ganarse el Respeto y el poderío  de  la comunidad.

Ex alcalde de Medellín Alonso Salazar

El gremio de servicio público no cuenta con un respaldo seguro  por parte de las autoridades competentes ni de las diferentes  entidades encargadas de brindar  garantías y protección  a los más afectados. Además las amenazas comprometen la vida de conductores y la de sus familias, lo cual no solo perjudica económicamente a la población civil sino también su calidad de vida, ya que estos sienten temor de denunciar dichos actos delictivos, conllevando a un silencio inquebrantable que se populariza y se promulga  cada día más.

Como una posible solución a este problema social, en la ciudad de Medellín se han llevado a cabo diferentes estrategias entre las cuales se cuentan los famosos paros del transporte público por parte de los transportadores para lograr obtener la atención de las diferentes entidades gubernamentales y dar a conocer que la problemática está afectando a todos los gremio comerciales y prestadores de servicios públicos.

La Secretaría de Gobierno de Medellín desvirtuó “que estos  paros de transportadores lo haya provocado la inseguridad, cuando realmente se conoce que todas estas protestas se han hecho con el fin de lograr un mayor respaldo gubernamental”. Esta actitud por parte de la secretaria fue una bofetada a los millones de víctimas del cobro de vacunas en la cuidad Antioqueña. Aún más, no sólo  busca desestimar sino descalificar las pruebas que en su momento fueron mostradas para dar a conocer las actuaciones de estas bandas criminales.

Por otra  parte El código Nacional de tránsito sanciona a las empresas que se nieguen a prestar el servicio público por el no cumplimiento de sus responsabilidades para con la comunidad.

La rotación del personal de transporte es tan preocupante que ha generado crisis que han aumentado la problemática y por ende sus nefastas consecuencias, al no contar con personal fijo y comprometido con su labor.

Lo paradójico  de esta problemática, para la fuerza pública, es que a pesar de las constantes y diarias  amenazas de muerte, en contra de los que se nieguen a pagar las  extorsiones y/o vacunas, es que el silencio predomina  en la población civil que es  la  más afectada y que se ve obligada por el miedo a ceder ante este delito. Tanto los propietarios de negocios,  de empresas transportadoras y conductores se niegan a colaborar con las autoridades  e instaurar las respectivas denuncias ante las autoridades por temor a sus vidas y a las de sus familias,

Históricamente el cobro de vacunas  data desde la antigüedad, solo que no se había  sido tan  visible como lo es en la actualidad, anteriormente los comerciantes y los conductores pagaban un tributo a los para militares  a cambio de garantías de seguridad para poder ejercer sus labores, la problemática mayor se agudiza hoy  dado que  se cancelan varias vacunas, es decir; dos y tres bandas  se encargan de hacer dichos cobros en el mismo sector.

No solo se entiende por vacunas el dinero que se entrega en efectivo y de inmediato al cobrador, otra modalidad es la del denominado secuestro exprés, para robarles el contenido de la caja fuerte, muchas veces dinamitando el vehículo o amenazando a los conductores para que suministren la clave y así poder tener acceso a la caja fuerte del vehículo

La vacuna o extorsión  es una problemática que ha traído muchas dificultades para todas las personas tanto los transportadores como los propietarios de los buses para los cuales el pago de  la vacuna es de mayor valor; incluso se llega obligar a venderles el cupo y el  vehículo, en caso de empresas de transportes; es necesario tener presente en los gastos administrativos el pago de vacunas, o asemejarlo con un impuesto de calle, adicionalmente la   extorsión genera mayor desempleo,  dado que se dejan de cancelar salarios por cancelar vacunas, e incluso se llega al recorte de personal.

Los trabajadores insisten en buscar una pronta y efectiva  solución. Acompañado de un plan de garantías que permitan prestar el servicio con normalidad y  se respete el derecho a la vida y al trabajo.

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